Con el clima invernal acercándose y los cierres por vacaciones acercándose, es esencial garantizar una lubricación óptima de la maquinaria. Esto se debe a que las bajas temperaturas tienen una correlación inversa con la propiedad más importante del lubricante: la viscosidad, lo que hace que los lubricantes sean particularmente vulnerables a la temperatura y, posteriormente, conducen a posibles fallas de los componentes o de la máquina.

A medida que descienden las temperaturas ambientales, los lubricantes pueden volverse más viscosos hasta el punto máximo de fraguado. Esto crea lubricantes más pesados, espesos y sólidos que pueden provocar falta de lubricante. Además, en algunos casos, los aditivos de rendimiento, como los aditivos de presión extrema, se activan a temperaturas más altas. Por lo tanto, operar en temperaturas más frías puede alterar la efectividad de dichos aditivos, lo que lleva a un rendimiento deficiente del lubricante y a un mayor desgaste de componentes y máquinas.

La buena noticia es que la mayoría Molyslip Las grasas y aceites están formulados para soportar bajas temperaturas, manteniendo su estabilidad y rendimiento en condiciones operativas tan bajas como -50°C. Esto se debe al uso de aceites sintéticos y minerales de alto VI altamente refinados que forman la base de muchas de nuestras formulaciones. Por lo tanto, nuestros lubricantes son menos susceptibles a los cambios de viscosidad tanto en temperaturas altas como bajas.

Conocer la capacidad de rendimiento de sus lubricantes puede hacerle consciente de los riesgos que las temperaturas frías presentan para su maquinaria. ¿No está seguro del rendimiento de su lubricación? Póngase en contacto con un miembro del equipo de Molyslip para realizar consultas..